lunes, 7 de noviembre de 2022

Masaje de manos

 Añadimos una nueva técnica de relajación a nuestro repertorio: 

¡masaje con crema de manos! 

Un rutina diaria que me encanta y que he querido llevar también al aula para ponerla en práctica con mis peques. 

 Lo llevamos a cabo a la vuelta del patio (por la mañana o por la tarde), una vez que nos hemos lavado las manos, para volver a la calma (siempre acompañado de música relajante de fondo). 

Durante ese ratito saben que es un momento tranquilo, en el que debemos bajar el nivel de voz (susurramos) y el cuerpo se nos relaja. 

En una primera sesión empezamos dándonos un masaje a nosotros mismos en las manitas con crema. Dado que es la primera vez, les explico cómo se hace: de manera suave y despacio, repartiendo la crema por la palma y el dorsal de la mano, por todos los dedos y por último, haciendo movimientos circulares. 

¡Mirad que bien lo hacen!

Poco a poco van mejorando la técnica 😅

De esta manera ponemos en marcha algunos de nuestros sentidos par aprender sobre el mundo que nos rodea. En primer lugar el olfato, ya que empezamos a realizar hipótesis sobre qué olor tiene la crema...( en este caso era de vainilla y les encantó, iré cambiando para que así vayan experimentando con diferentes olores). Después entra en juego el del tacto, muy reconfortante, que en este caso, es el sentido fundamental para que se relajen. 


 Pero no sólo eso, además tiene muchos otros beneficios: nos ayuda a concentrarnos, a tener más confianza y seguridad en nosotros, eliminamos todas las tensiones que podamos tener, mejora nuestra circulación,  mantenemos nuestra manos hidratadas y a la vez, trabajamos también la respiración (se hace más lenta). 

En otra segunda sesión, pasamos a dar el masaje a un compañero/a. Nos ponemos por parejas uno enfrente de otro y a la señal de la profe comienza primero uno de ellos dando el masaje al otro. 
A la voz de cambio, intercambian los papeles.  
En este caso, a diferencia del masaje individual, se favorece una mayor comunicación afectiva (a través de las caricias) entre los dos compañeros fortaleciendo así el apego y el cariño. 
En numerosas investigaciones se ha demostrado que el apego proporciona la seguridad emocional indispensable para un buen desarrollo de la personalidad. Y dado que hemos tenido una temporada en la que se nos ha privado de todo eso, aprovechamos ahora todo lo que podemos, utilizando el contacto físico para ello. Esta privación tiene efectos muy negativos después en la vida adulta y deja heridas difíciles de sanar.
 
Como podéis ver, se produce un momento mágico y muy agradable en el que todos nos dejamos llevar compartiendo con el amigo/a (o en algunos casos también con las profes)  las sensaciones que vamos experimentando (expresamos lo que más y menos nos gusta, qué sentimos..).

 

 


Esta técnica es de las preferidas entre mis peques y me la piden muchísimo cuando eligen cómo quieren relajarse. 

Os animo a hacerlo tanto en casa como en el cole (si no lo hacéis ya) para así poder dedicar unos minutillos a disfrutar de este momento tan agradable y relajado. 

¡Espero que os guste!😊

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