Poco a poco fui introduciendo variantes y empezamos a relajarnos de diferentes maneras para ir variando. Hoy os contaré dos de ellas que les encanta a los peques en la cual es el jefe el encargado de hacerlo a los compañeros. Al principio era yo la que lo realizaba para después dejarles paso a ellos, sin embargo, cuando el jefe ha acabado de pasar por todos los compañeros me piden de nuevo que les pase una vez más😊
Con el pincel mágico se comienza haciendo cosquillas por el cuello, la cara, la frente...muy despacio y con suavidad. Cosquillas que a todos les encanta y que unos más que otros intentan aguantar sacándoles unas cuantas risas. En ocasiones, utilizamos también un limpapipas, unos alambres de colores que permiten doblarse fácilmente y que están recubiertos de terciopelo, un material muy suave que nos viene genial para hacernos las cosquillas.
Este año, a causa de las medidas que tenemos que adaptar, nos centramos sólo en el cuello.
Y por último, realizamos masajes en la espalda con ayuda de un rodillo. Subimos y bajamos despacio, sin apretar, por la espalda del compañero.
Ellos libremente eligen con qué prefieren relajar a los amig@s pero independientemente de lo que usen, es un momento con el que disfrutan y que en el fondo agradecen porque aunque a veces nos cueste volver a la calma...lo consiguen, incluso le piden repetir al jefe una segunda vuelta, siempre y cuando respeten y mantengan las normas de la relajación, manteniéndose en silencio para poder escuchar la música de fondo.
Este año he introducido más variantes, que poco a poco os iré mostrando, para que cada día volvamos a la calma de una forma diferente y amena pero siempre...tranquila.
¡Espero que os gusten!
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