Después de la primera experiencia que tuvimos con la luz quise preparar un taller en una segunda sesión pero esta vez sólo utilizando la luz negra y témperas fluorescentes (propias para pintar sobre la piel y que se eliminaba fácilmente con agua y jabón).
Empezaron eligiendo los colores que más les gustaban y se pintaron la cara, ¡la profe incluída!
Después...apagué la luz, encendí los focos de luz negra y....apareció la MAGIAAA!!
¡Todos brillábamos en la oscuridad!
No paraban de mirar cómo sus manos y su ropa brillaban y yo de escuchar todo lo que decían y observar cada una de sus reacciones.
Después, pasamos a sentarnos todos en el suelo en un círculo y les repartí un cartulina negra
les eché témpera fluorescente en las manos
y las estamparon sobre la cartulina mientras escuchaban música relajante.
Unos hicieron formas como una mariposa y otros simplemente se dejaron llevar ocupando todo el espacio extendiendo toda la témpera y aprovechando a mezclar colores.
Se pringaron (lo que más les gusta jeje) , experimentaron y crearon pero sobre todo disfrutaron en un ambiente en el que no están acostumbrados a estar pero en el que se sintieron muy cómodos (a pesar de estar a oscuras) y aprovecharon al máximo.
Estas son algunas producciones que hicieron con sus manos
¡Una sesión chulísima y muy divertida de pintura libre en la que estimulamos sobre todo el sentido de la vista y el tacto con el objetivo fundamental de pasarlo bien y disfrutar!😊
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