Hoy os quería contar la experiencia tan fresquita que han tenido mis peques, por primera vez, pintando con hielo.
Es una actividad novedosa y muy llamativa que me encanta hacer con ell@s pero normalmente suelo realizarla cuando se acerca el final del curso y el tiempo acompaña, ¡así nos refrescamos un poquito las manitas!
Sin embargo, esta vez ha surgido de forma natural y estas ocasiones son las más enriquecedoras asi que...
¡hay que aprovecharlas!
En la asamblea, hemos empezado a escribir la palabra del día (la que cada un@ quiera), tarea de la cual se encarga el jefe o la jefa encargado de realizar las rutinas. Poco a poco, se van animando a escribir cada vez más y, si es necesario, con la ayuda de todos lo conseguimos.
Pues bien, el otro día la palabra escogida fue HIELO y aprovechando la situación que habíamos tenido con la nieve, surgieron algunas preguntas en relación al tema.
A raíz de aquí, entablamos una conversación donde explicaban aquello que creían. Les propuse comprobar nuestras hipótesis para saber si estaban en lo cierto o no.
En clase siempre tengo cubiteras, les mostré una y le echamos agua. Pasaría una noche en el congelador y al día siguiente la llevaría al cole para ver qué había pasado.
¡Pero lo mejor estaba por llegar...al día siguiente les propuse pintar con el hielo!
Sólo se necesita:
En vez de utilizar témperas, se puede utilizar en su lugar colorante alimenticio y con respecto al papel es aconsejable que sea más o menos grueso (cartulina por ejemplo).
En la cubitera echamos las témperas mezcladas con un poco de agua y listo!Al congelador!
Al día siguiente ya estaban preparados para comenzar la actividad, fue lo primero por lo que me preguntaron asi que también fue lo primero que hicimos nada más llegar a cole porque, debido a la temperatura que hacía en clase, se estaba empezando a derretir el hielo, de ahí que apenas se puedan apreciar los cubitos (se desmenuzaban en trocitos más pequeños).
Pusimos papel continuo en el suelo y alrededor de el, por equipos, les entregué un hielo a cada uno.
-¡Qué frío! ¡Está helado! ¡Ay que se derrite! ¡el hielo ha desaparecido!
-¡Mira, se han mezclado los colores!
Se trata de una actividad sensorial muy sencilla y original para cualquier nivel en la cual trabajamos el sentido del tacto a través de los conceptos frío y calor de una forma manipulativa y además dentro de un contexto. Pero no sólo eso, aprovechamos para reforzar otros contenidos como los colores, experimentando con ellos al realizar mezclas entre ellos y por último, los cambios de estado del agua (de líquido a sólido y viceversa).
En general, siempre que hay hielo de por miedo el éxito está asegurado y si encima podemos pintar con él...¡la diversión es máxima!
¡Sólo es necesario...remangarse, dejarse llevar, experimentar y sobre todo...disfrutar!😊
¡Qué chulo! Yo creo que la haré con Samuel otro día en casa.
ResponderEliminarMe ha encantado la idea! Lo he compartido con otras familias!
ResponderEliminarMe alegro que os guste!!
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